viernes, 6 de marzo de 2009

No se..


No sre que decir... a veces las ideas me vienen a la mente a una velocidad aterradora, mientras que otras veces, como esta, simplemente estoy aquí, mirandolo todo sin ver nada.
Escucho el sonido de los dedos tecleando el ordenador...¿Son los mios? Una sombra me descubre que hay esperanza detrás de tanto dolor, que algún día me libraré de esta desesperación... pero la sombra se esfuma y no queda nada en mi interior, un enorme vacío que no puede llenarse con estas palabras huecas, ni con heridas en mis muñecas... soy yo, son mis ideas, es mi cabeza la que da vueltas, és mi corazón el que agoniza.
Porque así es, señores, la vida y la muerte caminan de la mano, y el dia en que se suelten la inmensidad se reducirá a una lágrima, aquella que recorrerá la mejilla de un ser querido, y arrodillada veré como de mis ojos lloran sangre por lo que he perdido, sin llegar a ver lo que puedo tener.

Dejo poesia

Para entonces ( Manuel Gutiérrez Nájera )
Poeta mejicano. Nació en 1859 y murió en 1895

Quiero morir cuando decline el día
en alta mar y con la cara al cielo;
donde parezca un sueño la agonía
y el alma un ave que remonta el vuelo.

No escuchar en los últimos instantes
ya con el cielo y con el mar a solas
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz triste retira
sus áureas redes de la onda verde
y ser como ese sol que lento expira:
algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona
cuando la vida dice aún: "Soy tuya",
¡ aunque sepamos bien que nos traiciona !



1 comentario:

Nel dijo...

Hola, preciosa, cuánto tiempo...
Veo que las cosas no han cambiado mucho. Sé que es complicado. Ese vacío.. yo sólo lo pude llenar encontrando aquello que de verdad me hacía feliz (el piano, entre otras cosas, pero principalmente el piano). No fue fácil, porque ni siquiera sospechaba que ese vacío podría llenarse con ello, pero de alguna manera conseguí abrir un poquito los ojos a la felicidad, o al menos a permitir que pudiera entrar un poquito, y fue la vida, con sus "casualidades", la que me llevó hasta el piano, que se convirtió en mi refugio, mi medicina, mi resurrección, mi amor... en fin, mi vida.

Pero cada cual tiene que encontrar su propio camino (todos lo tenemos, sin excepción), ese por el que llegamos a decir "siento que si de verdad vale la pena dedicar mi vida a una sola cosa, ésta sería... (lo que sea, en mi caso dije "la música").

De todas maneras, poco a poco, según pase el tiempo y vayas conociéndote, conseguirás ir mejorando.

Cuídate, quiérete, abre los ojos a la felicidad... poco a poco, pero con paso firme... y seguro que encuentras la manera de llenar ese vacío.
La felicidad, como digo en mi última entrada, también es cuestión de práctica...
Muchísimos besos y abrazos.